martes, 4 de octubre de 2011

El Mercader de Venecia


Una de las grandes comedias de William Shakespeare, que tras ese formato esconde también lúcidas reflexiones acerca de la justicia (que es injusta llevada al extremo); y del riesgo (que es necesario asumir si se quiere triunfar). Todo ello con la forma inequívoca de un alegato racista antisemita, que fue utilizado propagandísticamente por los nazis en 1938 (por la discriminación del judío).

Venecia. Famosa ciudad y puerto comercial del norte de Italia. Se nos cuenta la historia de un mercader que pide un préstamo a un usurero judío para financiar la petición de mano de una dama por parte de su mejor amigo. La maldad del usurero desencadenará un clímax en el que estará en juego la vida del mercader. Pero al final triunfarán la justicia, la bondad y el amor cristianos.

La figura del judío como encarnación del mal aparece previamente en el Barrabás de El judío de Malta (1589), de Cristopher Marlowe, dramaturgo contemporáneo de Shakespeare. Las condiciones del préstamo se encuentran ya recogidas en Il pecorone (ver Las alegres comadres de Windsor). Y la historia de los cofres, en la Gesta romanorum, compendio medieval de relatos tradicionales, de autor desconocido.



Frases célebres:

  • "- Graciano, el mundo me parece lo que es: un teatro, en que cada uno hace un papel. El mío es ... bien triste."
  • "- Me llamásteis perro sin tener ningún motivo, pues ya que soy un perro, temed por mis mordiscos"
  • "- Me ha arruinado... se ha reído de mis pérdidas y burlado de mis ganancias, ha afrentado a mi nación, ha desalentado a mis amigos y azuzado a mis enemigos. ¿Y cuál es su motivo? Que soy judío. ¿El judío no tiene ojos? ¿El judío no tiene manos, órganos, dimensiones, sentidos, afectos, pasiones? ¿No es alimentado con la misma comida y herido por las mismas armas, víctima de las mismas enfermedades y curado por los mismos medios, no tiene calor en verano y frío en invierno, como el cristiano? ¿Si lo pican, no sangra? ¿No se ríe si le hacen cosquillas? ¿Si nos envenenáis no morimos? ¿Si nos hacéis daño, no nos vengaremos?"
  • "- No todo lo que brilla es oro".
  • "- Pero cuando este anillo abandone este dedo, que me abandone la vida, y atreveos a decir que Bassanio ha muerto."
  • "- Pero enfrentadme a la fortuna, y a los cofres.
- Adelante, estoy presa en uno de ellos."
  • "- Ya que exiges justicia, ten por seguro que hoy aquí tendrás más de la que deseas."
  • " La propiedad de la clemencia es que no sea forzada, cae como la dulce lluvia del cielo sobre el llano que esta por debajo de ella ; es dos veces bendita ; bendice al que la concede y al que la recibe….es un atributo de Dios mismo, y el poder terrestre se aproxima tanto como es posible al poder de Dios cuando la clemencia atempera la justicia… " William Shakespeare, (El Mercader de Venecia), act 4, esc 1
  • " El amor es ciego "
 

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